"Los ángeles son los ministros de Dios, que, irradiando la luz que constantemente dimana de la
presencia de él y valiéndose de sus rápidas alas, se apresuraran a ejecutar la voluntad de Dios".

jueves, 16 de junio de 2011

EL LEÑADOR

Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera.  El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún; así que el leñador se decidió a hacer buen papel.
El primer día se presentó al capataz, quien le dio un hacha y le designó una zona. El hombre entusiasmado salió al bosque a talar. En un solo día cortó 18 árboles.
-Te felicito, dijo el capataz, sigue así.
Animado por las palabras del capataz,  el  leñador se decidió a mejorar su propio desempeño al día siguiente; así esa noche se acostó bien temprano.
A la mañana se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo el empeño, no consiguió cortar más que 15 árboles.
-Me debo haber cansado -pensó y decidió acostarse con la puesta del sol. Al amanecer se levantó y decidió batir su marca de 18 árboles.
Sin embargo ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron 7, luego 5 y el último día estuvo toda la tarde tratando de voltear su segundo
árbol.

Inquieto por el pensamiento del capataz, el leñador se acercó a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se esforzaba al límite de desfallecer. El capataz le preguntó:
-¿Cuándo afilaste tu hacha la última vez? - ¿Afilar? No tuve tiempo de afilar, estuve muy ocupado cortando árboles.
Cuántas veces estamos tan ocupados en lo que nos parece urgente, que le restamos tiempo a lo importante.... Te invito a pensar... ¿Cuál es el hacha de tu vida, que no estás afilando? ¿En qué estás ocupando tu tiempo, a qué le estás prestando atención? Tal vez estamos tan ocupados en querer llegar al destino, que nos olvidamos de mirar el paisaje...
Mateo 6:33 "Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas."

jueves, 21 de abril de 2011

POR SU MUERTE

Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Romanos 5:6.

El sonido de la explosión fue espantoso. Después vinieron gritos, horror y sangre. El sargento Salzman miro a su alrededor... El peligro había pasado. La explosión dejo cuatro soldados muertos; él estaba vivo pero, para su desesperación, noto que su brazo derecho había desaparecido, y la sangre brotaba como un chorro.
Semanas después, delante del espejo de pared del Centre Medico de la Armada Americana Walter Reed, empezó a entender su realidad. Tendría que aprender a vestirse, a lavarse los dientes y el rostro, con el brazo profético que le acababan de colocar.
Tuvo ganas de llorar. No por causa de la prótesis; estaba vivo, y aquel brazo lo había perdido luchando por su país, en la guerra de Irak. La vida, en la forma que fuese, era motive para agradecer a Dios.
¡Vale la pena vivir! Sin brazos o sin piernas. La vida continúa siendo vida cuando la esperanza palpita en el corazón. Y la esperanza no es una actitud mental. Conozco gente que, por más ejercicios de actitud mental que realice, acaba en la locura, la desesperación y la muerte. No puede convivir con su nueva realidad después de un accidente.
La auténtica fuente de esperanza es Jesús. Él te muestra una dimensión desconocida de la vida. El texto de hoy manifiesta que cuando aún éramos débiles, Jesús murió por nosotros. ¿Quiénes éramos nosotros? ¿Que habíamos hecho para merecer el sacrificio supremo de Jesús? Nada; éramos impíos, dice Pablo. Habíamos escogido nuestros propios caminos. Pero, Dios nos amó al punto de entregar la vida preciosa de su Hijo, por salvarnos.
La salvación involucra una actitud mental vencedora, aun en medio de las dificultades y las adversidades. Puede no haber sol, pero la esperanza cristiana te brinda la convicción de que el sol brilla por encima de las nubes.
Cristo asumió tu culpa. Pago su precio en la cruz, y te confirió el derecho de mirar los horizontes infinitos de una nueva vida, a pesar de la situación en que te encuentres.
Comienza hoy un nuevo día sabiendo que lo que te resta de vida es la oportunidad de escribir una nueva historia. Quita de tu cabeza la idea pesimista de que "ya nada volverá a ser como antes"; no necesita serlo: lo que paso, paso. Atrévete a escribir una nueva historia, recordando siempre que "Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

miércoles, 20 de abril de 2011

SOLO UN NIÑO

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Isaías 9:6.

Fénix es tierra desértica; parece no tener vida. Pero, la gente habita en ella como en cualquier otra ciudad del mundo. Las palmeras que la adornan son la prueba más grande de que el ambiente puede ser hostil pero, si tus raíces buscan el agua de la vida, no hay sol capaz de destruirte.
Fue en Fénix que conocí a Esteban. Semidestruido, sin ganas de vivir. Demasiado joven para creer que había llegado al fin de la línea; treinta años. ¡Quisiera yo tenerlos, para hacer tantas cosas que nunca salieron del mundo de mis sueños!
¡Sueños! Esteban no los tenía; creo que nunca los tuvo. Había crecido en un ambiente hostil, cruel, injusto. Maltratado desde pequeño por el padrastro, pensaba que sobrevivir ya era bastante. Pero, sufría; no era feliz. Nadie puede serlo, con el potencial escondido en lo recóndita del alma. Tenía alas y no volaba. Entonces, las alas lo estorbaban.
-El mundo no necesita de mí -se quejó-. Creo que, si hoy desapareciese, nadie sentiría mi ausencia. No soy nada. Ni siquiera termine mis estudios.
Los cinco nombres de Jesús que el texto de hoy presenta y expresan su sabiduría, grandeza, poder y eternidad. ¡Atributos extraordinarios! Y todo eso nos fue dado en la persona de un niño.
¿Puede haber algo más simple, pequeño, insignificante y dependiente que un niño? Así son las cosas en el Reino de Dios. Todo nace pequeño, aparentemente insignificante. Pero trae, dentro de sí, un potencial de proporciones gigantescas. Nace para ser grande, trascendental y significativo.
Esteban vivía más preocupado con lo que no era que con lo que podía llegar a ser si colocaba su vida en las manos de Jesús. Ignoraba que Dios es el Dios de las cosas pequeñas que se hacen grandes.
Una simple vara, en la mano de Moisés, abrió el Mar Rojo. Una semilla de mostaza se transforma en árbol; en sus ramas, las aves del cielo hacen sus nidos. Un poco de sal transforma el sabor de la comida. Una cantidad insignificante de levadura modifica la estructura de la masa. Cinco panes y dos pequeños pececillos alimentan una multitud hambrienta.
¿Por qué no podría tomar la vida de un joven de treinta años y sacudir al mundo?
En el nombre de Dios, ¡despierta, Esteban, o como te llames! Y recuerda que "un niño nos es nacido y su nombre será Admirable".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

martes, 19 de abril de 2011

SERVIR AL SEDIENTO

Y cualquiera que de a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa. Mateo 10:42.


Soledad, miedo y muerte. Las tres figuras patéticas y sin forma definida, que siempre lo persiguieron, bailaban frente a él. La danza sinuosa y envolvente de la soledad se acercaba, como felino al acecho. El ruido estrepitoso del miedo lo asustaba terriblemente. Y la voz chillona del teléfono, que llamaba sin cesar, le pareci6 la risa de la muerte.
Miro hacia todos los lados. Nada hallo; solo su terrible soledad, la angustia de su miedo y la proximidad de su muerte. Agonizaba. A su lado, el frasco vacío de barbitúricos completaba el cuadro macabro, mientras el teléfono seguía sonando con insistencia.
Rita, la vecina de enfrente, lo había visto deprimido como nunca, aquella tarde.
-Creo que la única salida para mi es la muerte -le había dicho Piero, al despedirse.
Por eso, ella se propuso llamarlo de hora en hora.
El hombre calmo, de mediana edad y canas prematuras, le respondió dos veces. Había un lamento de dolor del alma en su voz. La tercera, no respondió. Rita insistió. Su instinto de mujer le decía que aquel hombre corría peligro y necesitaba de ayuda. No era de pan ni de ropa; era de ánimo, de una palabra de apoyo, de un hombro amigo.
Al ver que el hombre no respondía, Rita llamó a la policía y corrió a la casa de Piero. Empujaron la puerta, y lo encontraron en el piso de la sala, gimiendo y esperando el minuto fatal. El "vaso de agua fría" que Rita ofreció aquel día a un vecino deprimido fue su gesto de preocupación por un alma herida.
Todos los días, en todos los lugares, hay gente necesitada de amor; gente que vive el drama de la soledad y huye de sí misma. Nada cuesta detenerse, escuchar un poco, intentar entender el dolor ajeno y extender la mano.
Hoy es un día que podrías usar para mirar más allá de tus propios problemas. Es verdad que puedes estar viviendo el momento más difícil de tu historia, pero es verdad, también, que siempre existe, cerca de ti, gente que sufre más.
Haz de hoy un día de amor práctico. Ofrece un vaso de agua al cansado peregrine, porque: "Cualquiera que de a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa".



Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

VUESTRO TESORO

Porque donde este vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6:21.

¿Es posible amar la vida, enamorado de la muerte? Incoherentemente, absurdo como parezca, si, es posible. La existencia humana esta tejida de locuras desde la entrada del pecado. Como la vida de aquellas dos personas que caminan por senderos agrestes, sobre la piel del planeta. Son dos almas tristes, que se extravían en la noche de su historia, acompañadas de un recuerdo, de una lagrima que resbala por las arrugas del tiempo y de una sonrisa negada.
Los dos extraños caminantes lamentan la vida perdida. Corrieron con desesperación, buscando dinero. Creían que buscaban vida; con dinero, podrían poner "sabor" a las cosas. Y fueron solo cosas lo que hallaron. Pusieron su corazón donde estaba su tesoro. Y su tesoro estaba en la tierra, donde las cosas son pasajeras y fugaces. Donde nada dura.
Ahora es tarde. Es eso lo que ellos creen. Por eso caminan, con las manos en los bolsillos vacíos. "Ahora es demasiado tarde", gritan. Y sus gritos hacen eco en las paredes de su propia conciencia.
Ignoran ellos que, para Jesús, nunca es tarde. Él está, todos los días y en todos los momentos, tocando a la puerta; llamando con los brazos abiertos, y esperando. Siempre esperando...
¿Cuál es el sentido de tu existencia? ¿Hacia dónde vas? ¿Adónde te diriges? ¿Dónde está tu tesoro? Hoy puede ser un día de evaluación de tus prioridades. La vida es corta; cuando menos lo esperas, te miras en el espejo de la vida y te descubres viejo. La juventud se fue... Y ¿qué es lo que te quedo?
Coloca el corazón en las cosas de arriba, en las que no se ven. Lucha por ellas. Aunque invisibles a los ojos físicos, son las que, al fin de cuentas, permanecerán cuando todo se haya perdido. No permitas que el brillo engañoso de las cosas pasajeras te haga vivir solo para los valores terrenales, olvidando que a tu lado hay gente, con sueños y con sentimientos.
Dos personas caminan por las carreteras sinuosas de la vida. Son dos almas halladas por el maravilloso amor de Jesús. Tienen las manos en los bolsillos vacíos; pero eso ya no importa: ¡encontraron a Jesús, y eso marca toda la diferencia!
Disponte hoy a caminar en la dimensión de la fe, "porque donde este vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo

Pr Alejandro Bullon

lunes, 18 de abril de 2011

El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará. Levitico 6:13.

Conocí a Carmorina cuando ella estaba en la plenitud de la vida. La conocí en Belo Horizonte, a donde había emigrado huyendo de la guerra civil que destruyo su país.
Años después, mientras yo realizaba una cruzada de evangelización en Lisboa, alguien me dijo que, en una clínica de reposo para personas de edad, había una anciana que aseguraba conocerme personalmente. Nadie le creía.
Mi esposa y yo nos dirigimos hacia aquella casa. Un aire de melancolía dominaba el ambiente. La vida casi se había ido para aquellas personas; se estaba yendo irreversiblemente, a pasos rápidos, como se va el sol cuando termina el día.
La vimos en una silla de ruedas. Los años habían dejado huellas profundas en el cuerpo y en el alma de nuestra amiga. No coordinaba bien sus ideas pero, al vernos, dio un grito de emoción, y dirigiéndose a los demás ancianos, les recrimino: "¿No les dije? ¡Yo conozco personalmente al pastor Bullón!".
Después, abrió su Biblia, y me mostro una foto que nos tomamos cuando estábamos en la Republica del Brasil. Ella no se había olvidado de mí; me veía todos los días, al abrir su Biblia.
En la vida cristiana sucede igual. El fuego del altar de Israel no debería apagarse nunca. ¿Por qué? El versículo 12 trae la respuesta: "El sacerdote pondrá en el leña cada mañana".
"Arder continuamente" es sinónimo de una vida constante. Todos los días, cada mañana, cada hora, minuto a minuto, siempre. La intermitencia es la peor enemiga de una vida emocional satisfactoria. Te lleva de un lado a otro; tu corazón no es un altar sino un péndulo. No tienes paz, solo agitación; nada te aquieta. Tus días son corridos y tus noches, vacías.
¿Qué te falta? Tener una experiencia continua. No dejar que el fuego del Espíritu se apague en el altar de tu corazón. Poner leña en él, cada mañana.
Inténtalo hoy, y veras como tu día será lleno de realizaciones. Aprenderás a ver belleza en los detalles insignificantes, y frente a los desafíos, por gigantescos que parezcan, no te amedrentaras. En el nombre de Jesús, serás capaz de enfrentar tormentas y huracanes, y saldrás victorioso.
Solo cuida para que "el fuego del altar de tu corazón arda continuamente".


Alejandro Bullon
Meditaciones para adultos

JUSTIFICADOS

Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por el seremos salvos de la ira. Romanos 5:9.

Sumergida en un mar de culpa, Alejandra se recrimina por los errores pasados. No es religiosa; tampoco conoce la Biblia ni acaricia inquietudes espirituales. Pero, la culpa la asfixia y la paraliza. Algo, dentro de ella, parece condenarla a una vida de sufrimiento. De cierto modo, siente que merece las adversidades que enfrenta.
El psicoanalista ha tratado de ayudarla a "justificar" sus errores. Pero, por más que racionaliza en torno de ellos, algo más fuerte que el "poder" de su mente le dice que es culpable. Alejandra ignora que el ser humano nace con complejo de culpa; "culpa existencial", dirían los sicólogos.
No importa el nombre que se le dé. La naturaleza humana nace separada de Dios y, lejos del Creador, no hay como ser feliz. A la joven dulce, de mirada penetrante y sonrisa melancólica, le llevo años descubrir el origen de su angustia.
Una noche, hastiada de envenenarse con remedios para dormir, toma en consideración la Biblia.
La primera pregunta que surgió en su mente fue: "¿Puede un libro tan antiguo satisfacer mis inquietudes?" Había buscado respuestas en el enmarañado de sus ideas existencialistas; y no las había encontrado. Entonces, llevada por el instinto de conservación, se respondió a sí misma, delante de la Biblia: "Nada pierdo intentándolo".
Ese fue el inicio de su recuperación. Leyendo el Libro sagrado, descubrió que todos los seres humanos nacen condenados a muerte: "No hay justo, ni aún uno"; "Todos pecamos y estamos destituidos de la gloria de Dios".
Después de leer esto, entendió el origen de su estado depresivo. Sus sombras, entonces, se volvieron más densas; sus noches, más oscuras. Pero, al continuar leyendo, descubrió el versículo de hoy.
Fue como si el sol iluminase de pronto su oscuridad. Aprendió a confiar en Jesús. Ella es pecadora, pero Jesús ha derramado su sangre para salvarla. Ahora está justificada. Su vida de errores ha sido lavada por la sangre maravillosa de Jesús. La "ira" divina no será más un fantasma en su vida. No más días de angustia; no más noches de insomnio. Ella cree. Y eso le es contado por justicia.
Esa puede ser, también, tu realidad hoy, si recuerdas que: "Mucho más, estando ya justificados en su sangre, por el seremos salvos de la ira".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

domingo, 17 de abril de 2011

CONSUELO

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. 2 Corintios 1:3,4.

El dolor tiene un propósito. Siempre. Aunque no lo entiendas ahora; aunque las lágrimas te impidan ver los brazos abiertos de Jesús. Dios te consuela, para ensenarte a consolar. Fuiste colocado en este mundo con el propósito de ser un agente de consolación. Las personas sufren; lloran; se desesperan. No saben adónde ir en busca de ayuda. Y Dios te hizo un rayo de esperanza entre las tinieblas del dolor ajeno.
Pero, nadie nace sabiendo consolar; necesitas prepararte en la escuela del dolor. Es imposible entender el sufrimiento leyendo un libro o participando de un seminario. La única forma de aprender es sufriendo; solo entiendes el valor de una lagrima, llorando...
El versículo de hoy no dice que Dios te envía el sufrimiento; nada que te cause dolor proviene de las manos de Dios. Él es el manantial solo de cosas buenas. El problema es que vives en un mundo de dolor; el sufrimiento es la ley de este mundo de pecado. Sufren los malos, y sufren también los buenos.
Dios, entonces, toma el dolor y lo transforma en un instrumento de enseñanza. Viene y te consuela para que aprendas a consolar; después, te envía a fin de que seas un agente de consolación.
¿Cómo podrías consolar al padre que llora delante del cuerpo inerte del hijo, muerto en un accidente de tránsito, si tú no hubieses pasado por un momento tan doloroso como aquel?
¿Qué podrías decir a la mujer desesperada porque el esposo la abandono, si en algún momento no hubieses, también, tenido tus días de lágrimas y de soledad?
Por eso, no desesperes si hoy el dolor tocó a la puerta de tu vida. Dios está ahí, cerca de ti, consolándote, aunque no lo veas. Esta ahí, enjugando tus lágrimas, porque "él te consuela en todas tus tribulaciones, para que puedas también tu consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que eres consolado por Dios".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

sábado, 16 de abril de 2011

HIJOS

Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. Gálatas 4:7.

La mente pecaminosa del ser humano ha desfigurado el carácter divino. La tradición le ha hecho creer que Dios es un ser de rostro serio y ceño fruncido, sentado en su trono de santidad con una vara en la mano, vigilando y esperando obediencia estricta de sus vasallos.
"Inclínate delante de él, como el esclavo delante de su señor", le ha ordenado durante siglos. Y el ser humano lo ha creído, y ha vivido con miedo de Dios. Ha tratado de aplacar la ira de su "señor" con penitencias, peregrinaciones y sacrificios. Se ha arrastrado delante de él, como criatura indigna. Ha cargado el fardo horrible de la religiosidad desprovista de gracia.
Lo peor que el pecado consiguió fue desfigurar el amor divino; presentarte a Dios como un ser rencoroso y vengativo. Te hace huir, esconderte, anularte; como Adán y Eva en el Jardín del Edén después del pecado. Desesperados, vacíos, desnudos y ridículos; e intentando cubrir su desnudez con miserables hojas de higuera. Aquella triste tarde, Dios se presentó en el Jardín buscando al hijo amado, pero el pecado gritaba a los oídos de este: "No eres hijo, eres esclavo".
Tal vez, sí; seguramente que sí. Pero, no esclavo de Dios: esclavo del enemigo de Dios. Castigado impiadosamente por el peor verdugo que alguien pueda tener: la conciencia tergiversada por el pecado.
El versículo de hoy, sin embargo, trae la más extraordinaria noticia que alguien pudiera recibir: ya no eres esclavo de nadie; no necesitas serlo: el Señor Jesús pago el precio de tu rescate. Si crees en la promesa divina, pasas a ser hijo, heredero de la promesa. Tus culpas han sido perdonadas; no necesitas vivir huyendo ni escondiéndote. El Señor Jesús te da el derecho de reclamar la promesa y de vivir como hijo del Rey, príncipe en el vasto universo de Dios.
Por eso, hoy, ¡yergue la cabeza! Deja que el Sol de justicia ilumine la penumbra de tu ser. No tienes que vivir como si le debieses algo a la vida; no existe motive para que te sientas esclavo. El Señor Jesús cargo el peso de tu culpa en el Calvario y te liberto. "Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

viernes, 15 de abril de 2011

CAUSA O CONSECUENCIA?

Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros. 2 Corintios 13:11.

Da la impresión de que el consejo de Pablo a los corintios presenta ciertas condiciones a fin de recibir el amor de Dios. Las condiciones serian: "Tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir y vivid en paz". Si hiciereis esto, entonces, "el Dios de paz y de amor, estará con vosotros".
La pregunta que surge de manera natural es: si podemos vivir una vida "maravillosa" sin Dios, ¿para que necesitamos de él? El aparente problema se resuelve al analizar la preposición "Y". En griego, es kaí. Puede ser traducida como "Y", pero también significa "realmente" o "en verdad".
El texto reza, literalmente: "Por lo demás, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, vivid en paz, y en verdad, el Dios de paz y de amor estará en vosotros". Quiere decir, la evidencia de que Dios está en ti es los frutos del amor.
Tu puedes pasar por la vida tratando de ser bueno, comprensivo, altruista y pacificador; pero, si no tienes al Dios de amor en tu corazón, esas virtudes serán frutos de plástico, productos de tus propias manos, artificiales y huecos. Nadie es bueno porque sabe que debe ser bueno; el cambio de carácter no depende de la información; no es fruto del esfuerzo humano. Proviene de Dios, manantial de pensamientos, sentimientos y acciones puros.
El cementerio de las buenas intenciones es la disciplina humana. El dominio propio y la fuerza de voluntad solo te conducen al fracaso y a la frustración; sirven apenas para disfrazar, y engañar a los demás. Peor, acaban engañándote a ti mismo.
¿Quieres ser genuino? ¿Deseas vivir la vida victoriosa de verdad? ¿Aquella que no necesita de barniz? ¿Anhelas la autenticidad del ser? Ve a Jesús, llevándole tu insuficiencia, y dile: "Señor, te necesito en mi vida. Sin ti, no soy nada. Ven, y crea en mí un nuevo corazón.
No te olvides: "Por lo demás, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, vivid en paz, y en verdad, el Dios de paz y de amor estará en vosotros".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

jueves, 14 de abril de 2011

DOCTRINA?

Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese si tiene al Padre y al Hijo. 2 Juan 1:9.

Amaba de una forma extraña. Sin amor. Lo que llamaba amor era hueco; campana sin sonido; melodía sin música. "Amo a Jesús", decía, "pero no me gusta la doctrina".
Lo mire, y lo admire. Joven brillante; ojos vivaces y sonrisa autentica. Yo también, en mi juventud, me sentí tentado a separar a Jesús de su doctrina. La vida, instrumento divino de enseñanza, me fue diciendo, al oído, con el tiempo: que locura es esa? ¿Como intentas disociar a Jesús?
La palabra "doctrina", en el original griego, es didaké; significa enseñanza. La enseñanza divina es el camino; sin camino, estas perdido. Jesús enseñó, en cierta oportunidad: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí".
No existe separación entre Jesús y su doctrina. Él es la doctrina; él es el camino hacia el Padre. Es por eso que la persona que se extravía de la doctrina "no tiene a Dios".
Extraviarse es perderse; en el griego, parabaino. Significa escoger su propio camino, apartarse, caminar al lado del camino correcto. Seguir los instintos del loco corazón, que lleva a la autodestrucción.
El cristianismo moderno se ve tentado a pensar que amar a Jesús es, simplemente, un asunto de emoción; basta cerrar los ojos, cantar y levantar las manos. Al terminar la emoción y el éxtasis, continúe mi propio rumbo; como si Jesús no existiese.
El cristianismo autentico no está desprovisto de emoción; pero es más. Es caminar en Jesús y vivir su doctrina. Vivir la doctrina es vivir en Jesús.
Me llevo tiempo explicarle. Pero, teníamos una hora y media de viaje hasta llegar a nuestro destino; tiempo suficiente para comprobar que la autenticidad de su sonrisa era el reflejo de un corazón sincero.
Tú eres lo más precioso que Jesús tiene en este mundo. Lo que el más anhela es verte feliz; por eso te muestra el camino. El camino es su doctrina.
No inicies este nuevo día sin proponerte andar en el camino que te llevara al puerto de tus sueños. "Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese si tiene al Padre y al Hijo".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

EN POS DE MI

Pero a mi siervo Caleb, par cuanto hubo en el otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entro, y su descendencia la tendrá en posesión. Números 14:24.

La recompensa de Caleb no fue resultado de su espíritu aguerrido. Su espíritu aguerrido fue el resultado de haber seguido a Dios. El texto dice que "en él hubo otro espíritu y decidió ir en pos de mi". Al referirnos a Caleb, generalmente nos concentramos en las características de liderazgo que el demostró tener a lo largo de su vida. Ya he oído exposiciones de autoayuda, mencionando a Caleb como ejemplo del hombre vencedor.
Pero, pocas veces oí a alguien destacar la verdadera causa de las características positivas de su personalidad. El decidió ir en pos de Dios, escogió servirlo, vivir con el Señor. Esta es la más sabia decisión que algún ser humano pudiera tomar. El resultado de esa decisión fue que él y sus descendientes disfrutaron de las bendiciones de la Tierra Prometida.
Es triste ver que los seres humanos buscamos desesperadamente las bendiciones. Todos corremos en pos de los propios sueños y realizaciones; todos luchamos por un "pedazo de tierra bajo el sol". Pero, pocos deciden seguir a Dios y prestar oídos a sus enseñanzas.
¿Cómo ir en pos de Dios, en nuestros días? Separando diariamente un tiempo para estudiar la Biblia y orar. El estudio de la Biblia no es un deber del cristiano; es el secreto de la vida victoriosa. Resulta alarmante como, a veces, estamos dispuestos a pagar una alta suma de dinero con el fin de asistir a un seminario de autoayuda, cuando todo lo que se ensena allí está en la Palabra de Dios, y no tienes que pagar nada por eso.
Busca al Señor todos los días. Deja que él entre en tu vida. Resérvale un lugar en tu agenda. Conversa con él. Cuéntale de tus necesidades y ansiedades. Pídele orientación y consejo, por medio de la lectura de la Biblia. Y veras como tendrás otra visión de la vida y de los problemas. Estos seguirán allí, pero tú no serás el mismo. Dios estará contigo, y en su nombre serás capaz de atravesar los mares rojos de la vida, cerraras la boca de los leones que te quieren devorar. La antorcha de la Presencia divina te acompañara de noche, y durante el día vivirás a la sombra del Omnipotente.
Haz de este un día de compañerismo especial con Jesús, y recuerda lo que Dios anuncio: "Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en el otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entro, y su descendencia la tendrá en posesión".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

LEVANTATE!

Por jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano. Salmo 37:23,24.

Isaías es un joven cristiano. Aprendió a depositar su confianza en Dios desde niño, y las cosas siempre le fueron bien. Hace cinco años, inicio un negocio. Iba viento en popa. Lamentablemente, quiso dar el paso más largo que las piernas, y hoy la empresa está hundida en un mar de deudas.
El joven empresario entro en pánico. Se desesperó y, arrodillado, pregunto a Dios: "¿Por qué permitiste todo esto, si yo siempre te coloque a ti en el control de mi empresa?"
Isaías necesitaba entender el texto de hoy. ¡Qué sucede cuando el ser humano permite que Dios ordene su camino? La vida es una experiencia de crecimiento y de prosperidad. La palabra hebrea traducida como "ordenar" es kuwn, que significa afirmar, dar seguridad, establecer. ¿No es eso lo que toda empresa necesita para dar resultado?
Cuando tus pies vacilan caminas con timidez; tienes miedo de arriesgar, no te atreves a avanzar. ¡Que te falta? ¡Que Dios establezca tus pasos, que de firmeza a tus pies!
Conozco gente inteligente, capaz, luchadora y tenaz, que no prospera. Cualquier iniciativa termina en frustraci6n. Entonces culpa a los demás y, si no encuentra a otros para culpar, transfiere la causa de su fracaso a la "mala suerte" o al "destino".
Por otro lado, el hecho de que Dios ordene tus pasos, como es el caso de Isaías, ¿quiere decir que estarás libre de dificultades? ¡No! Vives en un mundo de dolor y tristeza. Muchas veces, tus pies resbalaran; encontraras hoyos traicioneros en tu senda, trampas, lodo, y hasta arena movediza. Pero, ahí entra la segunda parte del texto: "Cuando el hombre cayere, no quedara postrado porque Jehová sostiene su mano".
Esta es la figura del padre, que camina llevando a su hijo de la mano. Los pies del niño pueden resbalar, tropezar, porque es niño; pero, mientras el padre lo sostiene de la mano, el niño no queda caído.


Partor Alejandro Bullon
Meditaciones  para adultos

miércoles, 13 de abril de 2011

NADA

Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 1 Timoteo 6:7.

El reloj marcaba las 2:17 de la mañana en uno de los más grandes y famosos casinos de Las Vegas. La pequeña multitud allí reunida aguardaba, ansiosa, el resultado final.
Paul Estgate, un joven danés de 22 años, moreno, de cabellos ondulados, miro hacia todos los lados; respiro hondo; puso la última carta sobre la mesa... y profirió el grito de victoria. ¡Acababa de ganar 9,15 millones de dólares, en el campeonato mundial de póker! Sucedió en la madrugada, mientras en Santa fe, capital del estado de Nuevo Méjico, nevaba con sutileza.
Con la vista perdida a través de mi ventana contemplo el paisaje de una mañana típica de invierno, y pienso en Paul, el nuevo millonario.
"Nada hemos traído a este mundo", dice Pablo. ¡Cuánta filosofía en pocas palabras! Pero, aunque Paul nada trajo, en estos momentos es dueño de una pequeña fortuna; nueve millones son nueve millones... Supongo que el ganara mucho más a lo largo de la vida. A fin de cuentas, es joven y tiene todos los años por delante. Sin embargo, un día, como todos los mortales, dejara también de existir. Y ese día, afirma Pablo, nada podrá sacar.
Sin considerar la manera en que el joven danés gano ese dinero, me impresiona saber que Pablo dice esto a otro joven. Timoteo, en aquel tiempo, estaba comenzando la carrera de su vida. Tenía mucho que aprender, y el anciano apóstol lo induce a pensar en la oportunidad valiosa que significa el corto periodo de existencia que permaneceremos en esta tierra.
¿Cuál es la meta de tu vida? ¿Hacer dinero, lograr fama y conquistar poder? ¿Acumular riquezas y posesiones; construir imperios y mansiones? ¿Dónde quedan las personas que amas, mientras corres obsesionado detrás de lo que estableciste como el blanco de tu vida?
El mensaje central de hoy es que, tal vez, no sea tan valioso correr buscando simplemente cosas. Al concluir la vida, nada llevaras. Quien sabe, lo único que haya realmente valido sea los momentos que viviste al lado de las personas queridas que te rodearon.
Empieza este nuevo día corriendo detrás de tus ideales. El Señor Jesús está a tu lado; no temas a nada. Pero, no te olvides de que "nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

sábado, 9 de abril de 2011

DONDE ESTA TU ESPERANZA?

A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 1 Timoteo 6:17.

A travieso los cielos de América en el vuelo 4352 de American Eagle. El horizonte, azul e infinito, me habla del poder de Dios; de su permanencia y eternidad. Mis ojos se pierden en la inmensidad de un Dios vivo.
Abajo, en la tierra, las cosas andan mal. Mientras los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos prometen sacar al país de una de las mayores crisis financieras de su historia, hay gente que llora y se desespera, frente a la caída vertiginosa de las bolsas.
Depositaron su "esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas", indica el versículo de hoy. Inciertas, como las nubes llevadas por el viento; como la garúa, que hoy es y mañana deja de ser. Como el canto del cisne, que suena bello y repentinamente se hace silencio de muerte.
No habrá mañana para mucha gente; el sol no brillara ni el oro relucirá. Los números, que brillaban, alucinantes, en la pantalla de la computadora, traerán el recuerdo de la ilusión perdida. Quien sabe, entonces se acuerden del "Dios vivo que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos". A veces, Dios permite que nos frustremos con la fugacidad de nuestros planes; con la superficialidad de nuestros sueños. Con frecuencia, el permite que andemos nuestros propios caminos, con la intención de enseñarnos el dolor que nos conduce de regreso a la única Fuente de seguridad y permanencia.
Nunca es tarde para aprender; los sueños destruidos representan el amanecer de un nuevo día, cuando Dios está presente. Nada llego a su final cuando el Dios eterno, que no conoce fin, asume el control de la vida.
Por eso hoy, a pesar de tus frustraciones, a despecho de tus derrotas, alza los ojos al Cielo, y contempla la benignidad y la misericordia de un Dios que se preocupa por ti y está siempre con los brazos abiertos, listo a correr en tu auxilio.
No salgas hoy, a enfrentar una nueva batalla de la vida, sin la seguridad de que tu confianza está depositada en "el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos".

Pastor Alejandro Bullon
Meditaciones para adultos

viernes, 1 de abril de 2011

"MI PAZ OS DOY"

La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Juan 14:27.

Anochece. Siempre anochece. El sol puede brillar en todo su esplendor, pero eso no significa que el día será eterno. En este mundo, la noche llega más tarde o más temprano. Las sombras vienen y, con ellas, muchas veces, vienen también las inseguridades y los miedos. Es la ley de la vida: hay día, pero también hay noche.
Aquella noche, sin embargo, en la vida de Casiano, era la más terrible. Su hogar había sido destruido por una insensatez suya. El peso de la culpa lo abrumaba; golpeaba su cabeza como un martillo. Lo atormentaba, y lo crucificaba en el madero de sus errores. Cómo hubiese querido volver a ser niño, despreocupado con la vida, ajeno a los problemas de los adultos. Un niño cansado de correr por los campos verdes de su tierra, que dormía en paz cuando la noche llegaba.
¿Paz? ¡Hace mucho tiempo ignoraba lo que era paz! Pero, ¡cómo son las ironías de la vida! Acababa de regresar de una misión de paz, en un país extranjero. Él, buscando paz para los demás cuando, en lo recóndito de su ser, no sabía lo que era eso.
Hundido en su mundo de dolor y remordimiento, una noche se detuvo en un programa de televisión. Allí se hablaba del maravilloso amor de Jesucristo. No le prestó atención, al principio. Pero, a medida que el pensamiento del presentador avanzaba, despertó su interés.
El hombre de traje oscuro y voz suave, hablaba de paz. No se refería a una paz pasajera, humana. No hablaba de un acuerdo de concordia entre seres humanos; hablaba de un sentimiento de quietud y bonanza que se apodera del corazón, a pesar de las circunstancias terribles que la vida presenta.
Casiano anheló esa paz para él. Con asombro, veía describir la historia de su vida; sus encuentros y desencuentros; sus noches de amargura, sin poder dormir.
Repentinamente los ojos del presentador se fijaron en los suyos. "¿Adonde irás", le preguntó, "si no vienes a Jesús?" Casiano no lo pensó dos veces. Se ¿ipróximo a la televisión, y cayó arrodillado, entregando el corazón a Jesús.
Ya pasaron más de veinte años desde aquel día. Hoy, Casiano sabe, por experiencia propia, lo que Jesús quiso decir al anunciar: "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón