EL ERROR DE AMNÓN
No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tupie del mal. Proverbios 4:27.
Uno de los errores frecuentes a los que muchos jóvenes son arrastrados mientras están de novios es ceder al acto sexual "por amor". El pedido constante de uno de ellos, la presión psicológica, las caricias en zonas estimulantes y el miedo a perder definitivamente al ser amado hacen que muchos jóvenes, que nunca hubieran caído, cedan al sexo prematrimonial. Pero, en muchísimos casos, los que presionan a su pareja, cuando la relación sexual llega a ser algo cotidiano, desean volver a tener la novedad sexual con otra persona, y terminan engañando o abandonando a quien decían amar.
La experiencia que vivió Amnón, hijo de David, sirve para ilustrar este hecho. Amnón estaba enamorado de su media hermana, Tamar, "y estaba Amnón angustiado hasta enfermarse por Tamar su hermana, pues por ser ella virgen, le parecía a Amnón que sería difícil hacerle cosa alguna" (2 Sam. 13:2). ¡Imagínate lo enamorado que estaba de ella que hasta se enfermó! Pero también fíjate que su enamoramiento estaba basado meramente en lo físico.
Amnón no deseaba tenerla como esposa, como ella se lo sugirió ante sus presiones (vers. 13), sino que, escuchando la voz de un amigo, fingió estar enfermo y solicitó la ayuda de Tamar. En esas circunstancias a solas con ella, la violó para obtener lo que buscaba. Finalmente, y de una manera sumamente lamentable, consiguió materializar su deseo sexual. Pero la historia continúa diciendo: "Luego la aborreció Amnón con tan grande aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado" (vers. 15).
Aunque parezca extraño, la misma historia se repite en la actualidad. Muchos jóvenes, haciendo grandes promesas de afecto y compromiso, seducen y tuercen la voluntad de su pareja hasta llegar a la relación sexual, y luego se marchan sin tener una razón válida para la disolución del noviazgo. Pero, como se puede ver a simple vista, esto no es amor.
Por esta causa, nunca permitas que alguien te presione a violar tus principios. Mantente firme de la mano de Cristo, "no te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal" y entrégate a él en oración y ruego, para calmar tus deseos y vivir un noviazgo puro. Si alguien amenaza con abandonarte o te abandona porque tú no quieres ceder, esa persona no te merece y es ella la que pierde a alguien sumamente valioso. A la vista de Dios, tu actitud es apreciada, y tu fidelidad en el presente recibirá su justa recompensa en el futuro.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela
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